Una experiencia que se desarrolla en el Hospital Posadas permitió crear un espacio para fortalecer los vínculos familiares y favorecer la inclusión social de personas con síndrome de Down. Los puntos de encuentro entre las disciplinas en la intervención temprana.
Por Bettina Monzani (psicopedagoga) y Flavia Tsipkis (psicóloga y psicopedagoga)

En el marco del trabajo que se lleva a cabo en el Consultorio de Seguimiento de niños y niñas con Síndrome de Down en el Hospital Alejandro Posadas, ubicado en la zona oeste del conurbano bonaerense, se dio lugar a la creación de un espacio destinado al abordaje en Intervención Temprana. Una propuesta que fue diseñada para que tres profesionales, semanalmente, se encuentren con bebés, niños, niñas, padres y/o adultos a cargo, armando una trama relacional de sostén e inclusión, de fortalecimiento de vínculos para la promoción de la salud.

En este texto intentamos transmitir cómo pensamos y cómo llevamos adelante una experiencia que, sin certezas, se funda en lo espontáneo, en la plasticidad y en la escucha, como dirían Dabas y Najmanovich «no pretendemos imponer un paradigma, sino mostrar una posibilidad, desplegarla y recorrerla».

Dar cuenta de «relatos interdisciplinarios» comprende una lectura y un pasaje al lenguaje de conceptos y experiencias que surgen de los vínculos primordiales entre los integrantes de las familias y entre los profesionales intervinientes. Así también nos permite inscribirnos en una continuidad secuencial construida entre varios. En definitiva, nos conduce a interpelarnos sobre nuestra experiencia haciendo interdisciplina sobre lo que sucede estando juntos.

Docencia, psicopedagogía, psicología, fonoaudiología, terapia ocupacional, kinesiología, pediatría y muchas disciplinas más tienen puntos de encuentro. Lo observamos toda vez que situaciones de niños, niñas, adolescentes convocan a pensar el sufrimiento o acompañamiento de alguien en algún momento de la vida, ya sea por dificultades en aprendizaje, vinculares, cuestiones asociadas al crecimiento y desarrollo. El diálogo entre disciplinas no se da solo. Muy por el contrario, se porta, se arma y se construye a partir de las formas singulares con que cada cual «historiza» su hacer profesional. Por eso, la pregunta que nos convoca es: ¿se puede pensar una interdisciplina sin intersubjetividad? Sostenemos que no. Todo trabajo interdisciplinario es un espacio potencial, es un «entre» y en ese sentido implica no sólo al saber académico o a la formación profesional sino a la manera en que cada uno de los sujetos se encuentra con el otro.

Creemos necesario reformular la idea de pensar la interdisciplina como práctica. Es más que ello. Es una experiencia y por eso, es absolutamente singular, emparentada con cuestiones de orden relacional. Se puede trazar una mirada interdisciplinaria sólo si se entiende el saber del niño y sus padres como primera referencia del trabajo terapéutico.

Construirla significa que no hay un hecho al que arribar, ni un grupo de profesionales al que sumarse. Tampoco hay determinados puntos ciegos preestablecidos. Con lo cual, podemos decir que para nosotras, se trata de una particular forma de mirar.

La experiencia del trabajo interdisciplinario no incluye solamente a los profesionales, supuestamente portadores de los saberes. Es algo amalgamado en y con los destinatarios. Alrededor de un niño se entraman discursos que desde diferentes miradas abordan una misma realidad. A esa mirada podemos construirla con nuestros saberes, nuestra ideología, nuestra práctica y nuestra teoría al interior de nuestro campo disciplinar. Y podemos ir al encuentro de los saberes del otro.

De ahí que las intervenciones produzcan novedad. No hay un a priori. Hay en cambio, in situ. Esto implica que los profesionales nos animemos a «desacartonar los conceptos», dar batalla a la duda e incluir el afecto en nuestro trabajo.

Las conceptualizaciones nos tienen que servir para abrir cabeza, no para encorsetar nuestros pensamientos.

Nuestro equipo considera que la Intervención Temprana abre la posibilidad de un trabajo orientado hacia los procesos de aprendizajes, a los modos de constitución subjetiva y a los procesos de simbolización. Nuestro aporte singular consiste en generar espacios de transición que ubique el lazo institucional como soporte del desarrollo de los/las niños y niñas, en sus dimensiones subjetivas, cognitivas, deseantes, corporales, motrices, del lenguaje, del habla y orgánicas, que se interrelacionan permitiendo y apostando al despliegue vital.

Las autoras son integrantes del Centro del Aprendizaje del Hospital Alejandro Posadas. Participaron el viernes y sábado en Rosario del Congreso de Discapacidad y Lazo Social.