Profesional Invitado:
Lic. Betina Plaza

Psicopedagoga.
Tutora de RePraSis (Red de Prácticas Sistematizadas) de la Fundación EPyCA (Equipo de Producción y Construcción Alternativa) Santa Fe, Argentina
Coordinación Territorial del Proyecto RePraSis en Moreno, auspiciado por la Municipalidad de Moreno, Labranza y Fundación EPyCA. En dicho proyecto llevaron adelante la sistematización de sus prácticas 40 Organizaciones Sociales del Partido de Moreno
bplaza@reprasis.org


Preguntas:

1- ¿Qué es sistematizar una práctica?
2- ¿En qué casos se utiliza y con qué objetivos?
3- ¿Cuáles son los conceptos fundamentales que se utilizan a la hora de sistematizar una práctica?
4- ¿Cuál es el aporte que hace a la psicopedagogía sistematizar una práctica?


Respuestas:

1) ¿Qué es sistematizar una práctica?

Sistematizar una práctica implica revisar, repensar, profundizar la mirada sobre lo que uno hace y generar un conocimiento a partir de esto, con un método especialmente diseñado para este proceso. Este método sirve para mejorar la propia práctica, como también la de otras personas o grupos.

Reprasis (Red de Prácticas Sistematizadas) es un proyecto de la Fundación Epyca (Equipo de Pensamiento y Construcción Alternativa) de Santa Fe, cuya Presidenta es la Dra. Mercedes Gagneten, quien junto con un equipo de profesionales con amplia experiencia en el campo del trabajo social a lo largo de toda Latinoamérica, coordinan esta Red Virtual.

En la propuesta de sistematización de Reprasis, la sistematización es un proceso individual, pero también colectivo, ya que no lo lleva a cabo sólo el sistematizador, sino que también intervienen diferentes actores:

– el tutor: que acompaña todo el proceso en forma virtual. Es designado por el equipo central y posee conocimientos y experiencias afines al área de trabajo elegida por el sistematizador. Con él se establece una relación de confianza y cercanía que ayuda a sostener y orientar el proceso.
– el consultor: quien en una de las fases del método realiza una lectura de la práctica y aporta su mirada
– otro sistematizador: que también realiza su lectura y su aporte en la misma fase que el consultor
– el equipo central de Fundación Epyca, formado por profesionales de diferentes áreas
– todos los sistematizadores que conforman la Red de Prácticas Sistematizadas

2) ¿En qué casos se utiliza y con qué objetivos?

La sistematización enriquece la tarea y produce un conocimiento específico a partir de la misma. Con lo cual cualquier práctica puede sistematizarse. El objetivo de la sistematización apunta a recoger lo cotidiano, y profundizar el nivel de análisis a fin de poder generalizar y producir un nuevo conocimiento.

Este proceso apunta específicamente a generar políticas sociales alternativas, que surjan de la misma experiencia de quienes más conocimiento poseen, justamente por haber llevado adelante una práctica y por haber podido generar un conocimiento específico a partir de ella, que sea posible de generalizarse.

Básicamente uno se acerca a la sistematización cuando percibe la necesidad de recibir un asesoramiento para orientar su trabajo. Y encuentra, en este espacio mucho más que eso.

3) ¿Cuáles son los conceptos fundamentales que se utilizan a la hora de sistematizar una práctica?

En primer lugar es importante aclarar qué entendemos por práctica a sistematizar. Podemos decir que es nuestra tarea, pero resulta fundamental seleccionar una entre las múltiples tareas que, por ejemplo, desempeña una psicopedagoga en una institución escolar. Por ejemplo una práctica psicopedagógica podría ser un taller de juego, un espacio de reflexión con docentes, talleres para padres, etc. Como verán en general tienen que ver con espacios grupales y no con la clínica, para lo cual la supervisión es la instancia de aprendizaje más adecuada.

Luego, avanzando un poquito en el Método de Sistematización de Prácticas, en adelante MSP, surgen diferentes conceptos fundamentales.

Este Método se estructura en siete fases que implican diferente nivel de profundización.

El primer paso es la reconstrucción, es decir el relato descriptivo de lo que hacemos, los objetivos, el contexto, la población, etc. Es la materia prima sobre la que se apoyan las demás fases.

El análisis que se lleva a cabo en la fase 2, supone la desagregación y profundización de todos los elementos que componen la práctica. Tanto los manifiestos y aparentes, como los ocultos y latentes.

La interpretación que se realiza durante la fase 3, implica un esfuerzo de síntesis, de composición a partir de lo que previamente fue desagregado. Implica investigar las contradicciones propias de nuestra tarea y llevar a cabo un esfuerzo por superarlas. Se reducen los temas emergentes a sus núcleos más significativos.

La conceptualización corresponde a la cuarta fase. En esta etapa se apunta a construir conceptos a partir de las situaciones reconstruidas, analizadas e interpretadas. Es la etapa de confrontación teórico – práctica.

La generalización implica confrontar los hallazgos conceptuales ubicados, con otros espacios que comparten las mismas determinaciones sociales.

Finalmente la etapa de conclusión implica redireccionar, evaluar y plantear nuevas propuestas.

Uno de los objetivos fundamentales de este proceso consiste en desarrollar la capacidad de generar caminos alternativos, novedosos, diferentes, estratégicos y estos resultan ser también nuevos conceptos por aprender.

4) ¿Cuál es el aporte que hace a la psicopedagogía sistematizar una práctica?

Considero que el mayor aporte de la sistematización en Reprasis a la psicopedagogía pasa fundamentalmente por dos aspectos vinculados a la especificidad de nuestro quehacer:

– Por un lado en cuanto al proceso de aprendizaje propio de los profesionales. En ese animarse a mirar y a pensar sobre la tarea, a buscar un camino que no se nos hubiera ocurrido de otra forma. Pero también en el salto que implica producir un conocimiento a partir de la tarea. Diariamente las psicopedagogas trabajamos con el proceso de aprendizaje de los otros: los niños, los docentes, los padres… En esta instancia se desafía a abordar el proceso de aprendizaje personal.

– El otro aspecto se asocia a la noción de Red, de colectivo. Considero este aporte como fundamental, dado que muchas veces el trabajo psicopedagógico se realiza en soledad y uno extraña y necesita del intercambio con otros profesionales. A la vez que el proceso de sistematización genera en sí mismo un intercambio con el tutor, el consultor y otros sistematizadores. Una vez finalizado el proceso, con un delicado esfuerzo por cuidar las cuestiones éticas en cuanto a la privacidad de los datos de los sistematizadores y de los destinatarios, se puede acceder a consultar y a intercambiar con múltiples experiencias similares en toda Latinoamérica. En esta compleja base de datos se pueden hacer diferentes búsquedas cualitativas y cuantitativas, llevando a cabo consultas según temáticas, tipos de población, metodologías, principales problemas, por contextos, por organizaciones, etc.; cuyo objetivo es propiciar el aprendizaje mutuo entre los miembros de la red.

Por último me parece esencial destacar que la sistematización brinda la posibilidad de obtener un producto, un conocimiento nuevo para una intervención alternativa, un material escrito por uno mismo, a partir de su práctica. Considerando lo difícil que nos resulta muchas veces animarnos a escribir, y a producir un conocimiento, este es un camino posible y muy valioso.