Philippe Meirieu

Enero 2020

Publicado por Gabriel Brener, Especialista en Educación UBA – UnaHur- ISP JVG

“La escuela es obligatoria, pero el aprendizaje no se decreta!. Efectivamente, y es por ello que tenemos necesidad de la pedagogía…. Es también por ello que nos es necesario regularmente hacer un punto sobre la manera de situarnos con relación a esta cuestión. Porque, es esto, en mi opinión, donde se juega la relación esencial entre pedagogía y política. Para avanzar un poco en el tema, me propongo formular aquí, siete puntos de apoyo que yo creo esenciales ( yo los llamaría “ hipótesis de trabajo “). Son entonces siete perspectivas sobre las cuales podríamos apoyarnos para trabajar de manera regular

Traducción: Ignacio Brener

Tengo la suerte de trabajar regularmente con numerosos docentes y puedo testimoniar que muchos entre ellos basculan todavía sobre una contradicción que yo creo necesario mirar de frente: “La escuela es obligatoria, pero el aprendizaje no se decreta!. Efectivamente, y es por ello que tenemos necesidad de la pedagogía…. Es también por ello que nos es necesario regularmente hacer un punto sobre la manera de situarnos con relación a esta cuestión. Porque, es esto, en mi opinión, donde se juega la relación esencial entre pedagogía y política. Para avanzar un poco en el tema, me propongo formular aquí, siete puntos de apoyo que yo creo esenciales ( yo los llamaría “ hipótesis de trabajo “). Son entonces siete perspectivas sobre las cuales podríamos apoyarnos para trabajar de manera regular ( yo las llamaría “ hipótesis de investigación”)

Siete hipótesis de trabajo

Primera: Todo aprendizaje es un reencuentro aleatorio, y el maestro idealiza a menudo, la escena primitiva donde él ha vislumbrado, en el milagro de un momento de gracia, los saberes que nutren su compromiso. Todo maestro renueva en su cabeza esta escena primitiva de Phedre de Platon, ese paseo a bordo del Illissos que nos permite esperar una relación apaciguada relación pedagógica: “ Descendamos del Illissos. Nos sentaremos tranquilamente en algún sitio que nos gustará. Charlaremos y haremos matemáticas y filosofía “. Hay aquí, algo que participa de una enseñanza ideal que se hará “ a pies desnudos”, en el campo, en una especie de felicidad permanente y de reencuentro maravilloso entre los seres que se eligen.

Segunda: Todo maestro descubre, un día u otro, que, al lado de los alumnos con ellos a bordo del Illissos, otros permanecen refractarios a los encantos más o menos discretos de su enseñanza. Algunos no ingresan completamente dentro, otros resisten a un lado, otros, todavía, están en ruptura con relación al saber que él ama, que tiene deseos de transmitir y con el cual tiene una relación privilegiada. En la novela de W.Gombrowicz, Ferdydurke, el maestro se dirige a un alumno refractario con relación a una poesía clásica: “ ¿Como esto puede no entusiasmarte, ya que te he explicado mil veces que esto te entusiasmaría ?”. Es patético ver a este maestro, descubrir que todos sus alumnos no caminan a su lado sobre las márgenes del Illissos.

Tercera: La escuela organiza los tiempos y los lugares donde los sujetos son asignados a poner en marcha su libertad de aprender sobre programas que los desbordan. Todo esta organizado, pautado , concebido y estructurado. Pero, de manera paradojal, es precisamente esto sobre lo que la libertad debe ponerse en juego. Así, Margarita Duras en La Lluvia de verano, hace decir a Ernesto, ese chico que sabe leer sin haber jamás aprendido a leer y que no quiere ir a la escuela porque no quiere aprender: “ Cuando no se quiere aprender, no vale la pena aprender”. A lo que el instructor gritando:” La instrucción es obligatoria, Señor, OBLIGATORIA! “

Cuarta: Nada puede desencadenar mecánicamente el deseo de aprender en alguien, incluso en una estructura donde todo está programado y organizado. Nosotros tenemos que crear las condiciones que permitan la emergencia de este deseo, sobre el cual no tenemos poder. Como decía Lacan: “ No podemos tener poder sobre el deseo del otro porque somos nosotros los que desearíamos. Si nos ponemos en el lugar del otro, ¿el otro dónde se meterá? Aprender es comprometerse y siempre tomar un riesgo. Bladimir Jankelevitch dice, de manera muy bella, en su homenaje a Berson: “ Para comenzar es necesario comenzar, y no se aprende a comenzar. Para comenzar es necesario simplemente, coraje” Es necesario entonces alguna cosa sobre la que no tenemos, precisamente, demasiado poder.

Quinta: La tensión entre el interés y la coerción, es constitutiva de la pedagogía y de la praxis pedagógica. Como dice Edgar Morin: “ aquellos que nos obligan a elegir entre polos contradictorios y necesarios uno y otro, nos hacen el peor de los males que puedan hacernos: destruyen la posibilidad misma de pensar”. La coerción y el interés son un conjunto necesario en toda forma de actividad pedagógica: esta tensión no puede ser abolida, pero puede ser superada proponiendo la construcción de sentido como “ principio regulador” y no como algo permanente que intervendría en todas las actividades, o que sustituya a los propios aprendizajes. Fernand Oury definió mejor que lo que yo pueda hacer el hecho que “ un medio de vida institucionalizada, una escuela, es un medio donde la ley nace de la palabra de los chicos pero donde la palabra no puede nacer más que de la ley, una ley que autorice “

Sexta: La tensión entre la motivación extrínseca, que consiste en ir a buscar los intereses ya existentes, y la motivación intrínseca, que reenvía a la dramaturgia interior del saber, es constitutiva de la praxis pedagógica. Ella no puede ser abolida, pero puede ser superada por el esfuerzo permanente para “ crear un vínculo”. San Agustín escribió así, en DE MAGISTRO: “ Cuando un signo me es dado, si ignoro que es un signo, él no puede enseñarme nada, y si él me encuentra instruido, ¿ qué me enseña?. Estamos en el “ entre”, entre eso que ya está y aquello que podría acontecer: trabajamos en este “ entre” permanentemente porque el saber no es algo dado.

Séptima: El gusto de aprender puede emerger cuando el maestro propone objetos culturales, gracias a los cuales cada uno relee desde aquello que le es más íntimo a lo más universal. Nada hay más íntimo que el miedo que siente cada niño de ser abandonado por sus padres, y nada es más universal que a” Le Petit Pouce” ( Pulgarcito): el rol del maestro, que no es un psicoterapeuta, es ofrecer el objeto cultural que representa Pulgarcito, para que el chico pueda reconocer en este objeto que él no es, ni será, el único en sentir miedo de ser abandonado por sus padres . Christian Bobin escribe así, en Lo Inesperado: “ La inteligencia es la fuerza solitaria de extraer del caos de su propia vida, el puñado de luz suficiente para iluminar un poco más lejos de sí, hacia el otro, allá, el otro como nosotros, perdido en la oscuridad”. Todos estamos perdidos en la oscuridad a imagen de nuestros alumnos: el saber que podemos aportarles representa ese puñado de luz que puede permitirles reencontrarse.

Siete hipótesis de investigación

Primera: La modernidad exaspera la contradicción entre la obligación de la instrucción como única llave de inserción social y el hecho que la enseñanza no se decreta ; esto último aparece en efecto, más y más como un trámite individualista, excluyendo toda coerción. Estamos en una sociedad, y más particularmente, en una escuela, en la que se exige que todos los chicos aprendan paralelamente, se reconoce más y más el derecho de los individuos de no aprender o de aprender aquello que ellos desean o requieren.

Segunda: La modernidad exaspera la contradicción entre la voluntad de saber y el proyecto de aprender; este último impone postergar el “ saber todo y rápido”, de asumir la ignorancia y de domesticar el tiempo- “ Saber “ y “ Aprender” no son sinónimos. Hipotetizo que el gusto de aprender está fundido en muchos alumnos en la voluntad de saber. Es porque quieren” saber todo y rápido” que no comprenden la necesidad de aprender. La modernidad técnica organiza de manera sistemática nuestras actividades para que podamos saber sin aprender y sin haber aprendido- Es necesario que los maestros comprendan que la modernidad actúa así; caso contrario no comprenderán porqué es tan difícil a los alumnos renunciar a saber todo rápido para tomarse el tiempo de aprender.

Agrego un texto que encontré al respecto

« le principe essentiel de la modernité est la liberté (ou plutôt) la faculté de s’autodéterminer. Il ne s’agit pas seulement du libre-arbitre, qui est la faculté de faire un choix libre (qui n’a rien de spécifiquement moderne), mais de la possibilité de définir par soi-même les normes de son existence.

El principio esencial de la modernidad es la libertad (o más bien) la facultad de autodeterminarse, No se trata sólo de libre arbitrio, que es la facultad de hacer una elección libre ( que no tiene nada específicamente moderno), sino de la posibilidad de definir por sí mismo, las normas de su existencia.

Tercera: La modernidad exaspera la contradicción entre “ la primacía de triunfar” y la “ primacía de aprender” . “ Triunfar y comprender” es el título de la última obra de Piaget, en mi opinión muy poco conocida. Es igualmente una oposición interesante para decriptar un cierto número de situaciones pedagógicas. Así, dar la prioridad al “éxito” no significa renunciar a “ comprender”, e inversamente. No impide que la primacía por el “éxito”, tal como es impuesta por la sociedad, devenga en “ triunfar a cualquier precio”, delegando el máximo de tareas a las máquinas o a expertos especializados. “Lograr” una fiesta escolar puede significar así, seleccionar tres alumnos que han realizado los más bellos dibujos, y volver al día siguiente a rehacerlos para que los padres piensen que la clase es verdaderamente excelente. La primacía de “triunfar” es entonces una manera de eliminar la comprensión o, de hacerla pasar a segundo plano. La escuela debe asumir su función de ruptura de un lugar donde prima el éxito, hacia un lugar donde prime la “comprensión”; la escuela no es el lugar de la performance económica, ella es el lugar del descubrimiento de nuevos saberes, de la exploración sistemática de nuevos horizontes.

Cuarta: Para hacer prevalecer el “comprender” sobre el “triunfar” es necesario ser capaz de encontrar satisfacción en la inteligibilidad de sí mismo y del mundo, y no solamente de la eficacia. Es necesario encontrar verdadero placer en perforar el secreto de su propia historia y acceder al secreto del mundo. Ahora bien, esos secretos pueden poner en peligro la seguridad de la persona; animarse en la exploración es todo menos fácil.

Quinta: Acceder por sí mismo al secreto de las cosas, es transgredir el poder de los padres, que conocen el secreto de nuestro propio nacimiento, así como el poder de los clérigos, que transmiten, porque lo saben, la única verdad de las cosas. Acceder al secreto de las cosas y encontrar allí placer, no es creer cualquier cosa. Miremos que dice el Diccionario de Pedagogía e Instrucción Primaria de Ferdinan Buisson sobre “ la lección de las cosas”: él explica que si el maestro trae a la clase un faisán disecado o una balanza Roberval, no es para seducir a los alumnos, es para que ellos no tengan que creer sólo en la palabra del maestro. Es para que puedan ver de cerca eso que el maestro les ha dicho, confrontarlo con su propia experiencia, guiado naturalmente por el maestro, y acceder así a otra cosa que a la totemización de la palabra magistral.

Sexta: La escuela es, por excelencia, el lugar donde se aprende que la verdad de una palabra, no es relativa al status de aquel que la enuncia, sea el maestro. En efecto, la escuela no es el lugar del aprendizaje de la devoción, sino el lugar del aprendizaje del pensamiento crítico, incluyendo la mirada sobre la propia escuela. La escuela es el lugar donde la investigación de la precisión, de la justeza, del rigor y de la verdad, debe llevar sobre las relaciones de fuerza y las relaciones sociales. Ella es un lugar donde se construye una relación crítica con la verdad. Estoy persuadido que “ La Main á la Pate” ( manos en la masa) como otros proyectos pedagógicos fundados sobre la experimentación, es una manera de hacer arbitrar las relaciones entre los hombre hacia la verdad científica. Cuando se le da a los chicos, pilas, hilos, lámparas, aquel que tiene razón no es quien grita más fuerte, sino aquel que logra conectar todos esos elementos en conjunto para hacer que las lámparas alumbren. Asimismo, cuando se ejecutan debates argumentativos con los alumnos, se aprende en conjunto, a través de un trabajo de interrogación recíproca y de descentración sistemática, a distinguir un ejemplo de una prueba y a someterse individualmente y colectivamente al rigor demostrativo. Este desdoblamiento importante, hace de la escuela, el lugar de alegría, no por la exhibición de su fuerza, sino por una transgresión propiamente intelectual de la satisfacción de aproximarse a la verdad.

Séptima: No es imposible que la búsqueda de formas de transgresión que pongan en peligro la integridad psicológica de los chicos y los adolescentes, sea ligada a la perdida del poder transgresivo de los aprendizajes escolares. No es imposible que aprender a leer, que ha sido presentado por Jules Ferry como el medio para practicar el libre examen y liberarnos de la palabra del clérigo, haya devenido hoy un acto de sujetamiento y no de liberación: los alumnos buscan liberarse a través de formas de transgresión que no son intelectuales, pero que contribuyen a ponerlos en peligro, mismo a destruirlos.

Como conclusión, quisiera acercarles estas reflexiones de Pascal Quignard, tomadas de su obra “ No se transmite sino el otro mundo”:

“ No se transmite sino el otro mundo, no se traduce sino el otro idioma. Solo el otro sexo habita (…) No es un problema de transmisión sino de predación. No es a los viejos que cabe el cuidado de transmitir: ellos dan (…) Instruirse es chupar los huesos de los cadáveres y cenar con la muerte, es vagar parásitamente entre las ruinas de las obras. Somos todos ladrones, somos todos clandestinos.”

¿Y si, en la clase, lo esencial fuese hoy reencontrar el gusto de la clandestinidad?, si la Escuela y todos sus actores fueran a menudo pasantes y no agentes aduaneros ? si tomasen prestado un poco más a menudo los caminos de atajos con un cierto gusto por la aventura en vez de pasar su tiempo a pedir papeles a los alumnos, es que así,¿ no reencontraríamos un poco más de gusto de aprender con nuestros alumnos ?