Lic. Analía Chiecher

Síntesis del trabajo

Parece ser una idea o representación compartida, la imagen del psicopedagogo desempeñando su actividad profesional en el ámbito de un consultorio, frente a un niño que tiene alguna dificultad en la escuela. No obstante, considerando que cada carrera de grado -incluida la Licenciatura en Psicopedagogía- habilita para el desempeño de tareas ligadas a la propia disciplina, así como para la docencia y la investigación, el artículo se propone presentar aspectos del quehacer psicopedagógico en el ámbito de la investigación educativa. A tal fin, se comenta sobre los requisitos a cubrir para acceder a becas de investigación y las tareas que se desarrollan en su marco. Finalmente, se destaca como oportuno el hecho de implementar acciones que fomenten la visión del campo de la investigación como un ámbito de acción en el que el licenciado en psicopedagogía puede desempeñarse.


Parece ser una idea o representación compartida, la imagen del psicopedagogo desempeñando su actividad profesional en el ámbito de un consultorio, frente a un niño que tiene alguna dificultad en la escuela, utilizando materiales lúdicos diversos, entrevistando a los padres y docentes del niño en cuestión, etc. De hecho, tal vez sea esta la tarea a la que los psicopedagogos se dedican con mayor frecuencia. No obstante, cada carrera de grado -incluida la Licenciatura en Psicopedagogía- habilita por lo menos para el desempeño de tres tipos de actividades: (a) las tareas ligadas a la propia disciplina, (b) la docencia y (c) la investigación. Así por ejemplo, el licenciado en psicopedagogía puede desarrollar actividades específicas de la disciplina, tales como atender a niños con problemas de aprendizaje, asesorar a docentes en la elaboración de proyectos o realizar procesos de orientación vocacional; pero puede también desempeñarse como docente en el nivel medio o universitario en materias afines a su formación, así como dedicarse a investigar sobre temas vinculados con la educación.
El propósito del presente escrito se centra en ofrecer información acerca del quehacer psicopedagógico en el ámbito de la investigación; pues resulta bastante perceptible el hecho de que muchas personas, inclusive los mismos alumnos que se encuentran ya avanzados en el cursado de distintas carreras, no suelen vislumbrar en la investigación un posible campo de trabajo y hasta desconocen qué tareas desempeña concretamente un investigador. Tal realidad debería conducir a reflexionar acerca de la información que merecerían recibir los alumnos avanzados en sus carreras sobre la tarea de investigación, sus implicancias y el camino a recorrer para poder desempeñarse en ella.
Posicionándome en el rol de becaria de investigación dependiente de CONICET intentaré dar cuenta de algunos aspectos relativos al quehacer psicopedagógico en el ámbito de la investigación. A tal fin, el escrito se organiza en tres secciones. En la primera se informa sobre los requisitos y condiciones necesarias para poder acceder a una beca de investigación. En la segunda sección se alude a las diversas tareas a desempeñar desde el rol de becario. La tercera sección presenta los beneficios y dificultades, es decir, los aspectos positivos y negativos, que desde una visión subjetiva estarían implicados en el desempeño como becarios. Por último, se comenta sobre la conveniencia de fortalecer la visión de la investigación como una posibilidad de desempeño profesional.

Condiciones y requisitos para acceder a las becas

Las becas de formación de posgrado, como su nombre lo indica, intentan constituir una ayuda para que jóvenes con mérito y vocación alcancen un alto nivel de capacitación, favoreciendo así su inserción en la vida productiva del país.
Según consta en el artículo 15 del Reglamento de Becas de Investigación Científica y Tecnológica (1) , las becas de formación de posgrado se otorgan a egresados de universidades argentinas o extranjeras menores de 30 años, hasta tres años después de la aprobación de la última asignatura de la carrera de grado en el momento de solicitar la beca. Es decir, que la población a la que están destinadas las becas está conformada por aquellos jóvenes que han concluido recientemente sus estudios de grado y que están interesados en la investigación para su desempeño como profesionales.

Los interesados deben estar atentos a las convocatorias a concurso que abre periódicamente el CONICET u otra entidad que subsidie tareas de investigación. En tales oportunidades, los postulantes deben presentar las correspondientes solicitudes de beca en fechas previamente establecidas por el Consejo. Posteriormente, dichas solicitudes son evaluadas por el CONICET, conforme a diversos criterios, a fin de determinar quiénes serán los beneficiarios de las becas a otorgar.

La evaluación de las solicitudes, conforme a lo establecido en el artículo 6 del Reglamento de Becas de Investigación Científica y Tecnológica, se realiza en base a la consideración de (a) los antecedentes personales del postulante, (b) la calidad del proyecto de investigación y el plan de trabajo presentados y (c) la calidad del ambiente académico propuesto como sede del trabajo

Los antecedentes personales del postulante incluyen las calificaciones obtenidas durante la carrera universitaria, la regularidad de los estudios realizados y el contenido de las referencias que proporcionan otros profesores acerca del candidato.

En cuanto al proyecto de investigación y plan de trabajo propuestos, se considera la relevancia e interés del tema de investigación, las perspectivas y enfoques futuros que tenga dicho tema, su articulación con los proyectos de investigación desarrollados en el lugar de trabajo del becario y la factibilidad de realización del proyecto teniendo en cuenta los conocimientos y experiencia del becario así como los plazos y recursos disponibles.

Respecto de la unidad de investigación propuesta como sede para el trabajo se evalúa la calidad y ambiente académico de dicha unidad.

Luego de la evaluación de las solicitudes conforme a los criterios precedentemente mencionados, el Consejo comunica a los postulantes la adjudicación (o no) de la beca solicitada, y a partir de ese momento quienes han logrado obtenerla comienzan su desempeño laboral por un período de dos años y con una dedicación exclusiva de 45 horas semanales a las tareas que como becario le competen. Tales tareas serán comentadas en la próxima sección.

Las tareas desempeñadas en el marco de la beca

Las tareas y actividades a desarrollar durante el transcurso del período de beca son diversas y variadas, pues el becario debe atender simultáneamente a la concreción del proyecto de investigación que ha propuesto al solicitar la beca, a la presentación de publicaciones periódicas que comuniquen los resultados de su investigación, a la participación en eventos científicos, a la realización de estudios de posgrado, al desempeño de tareas docentes, etc. Pues bien, a continuación ofreceremos algunas especificaciones referidas a cada una de las tareas enunciadas.

Las tareas de investigación consisten en la materialización y concreción del proyecto de investigación presentado al solicitar la beca y aprobado por CONICET al adjudicarla. Asimismo, el Reglamento de Becas de Investigación Científica y Tecnológica establece en su artículo 11 la obligación del becario de presentar informes periódicos sobre los trabajos realizados, acompañados de la evaluación efectuada por el director de la beca.

La presentación de publicaciones con cierta regularidad o periodicidad constituye otra de las tareas del becario. Tales publicaciones deben servir a los fines de comunicar el estado de avance y los resultados de la investigación en curso. Al respecto, es de destacar que en la instancia de presentación de informes se solicita al becario el detalle de los trabajos publicados y aceptados o en prensa para su publicación.

También le compete al titular de una beca la participación en eventos científicos, tales como congresos, seminarios, simposios, cursos de posgrado, etc. tanto en calidad de asistente como de expositor. En este caso, también se solicita que con la presentación del informe se adjunte el detalle de las comunicaciones presentadas a congresos, reuniones y simposios, así como las constancias de los cursos de posgrado realizados.

Durante el transcurso del período de la beca, es tarea del becario iniciarse en estudios de doctorado. Tal exigencia está claramente expresada en diversos artículos del Reglamento de Becas de Investigación Científica y Tecnológica. A título de ejemplo, se puede citar el artículo 14, en el que se enuncia lo siguiente:
«Las Becas Doctorales se otorgan para la realización de estudios de doctorado en el país, en los programas y carreras acreditadas por la Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria, o en el exterior, cuando la formación académica requerida no esté disponible o consolidada en el país.»

Finalmente, aunque está estipulado que el titular de una beca se dedique en forma exclusiva a sus tareas como becario, se prevé también la participación en actividades docentes en la universidad con una dedicación simple. Tales actividades deben contribuir -a juicio del director de la beca- a la formación del becario.

Se aprecia así, el amplio abanico de actividades a cubrir por parte del titular de una beca de formación de posgrado durante el transcurso de los dos años de duración de su beca. Desde una visión subjetiva, esta multiplicidad de tareas a realizar -lógicamente con ciertos niveles de excelencia- conlleva una serie de beneficios o bondades, como así también, algunas dificultades que vale la pena destacar. Atenderemos a esta cuestión en el apartado siguiente.

Beneficios y dificultades implicados en el desempeño como becario

En cuanto a los beneficios de acceder a una beca, se destaca la posibilidad de inserción laboral relativamente inmediata a la culminación de la carrera de grado; pues cabe recordar que los beneficiarios de las becas son egresados recientes. Tal posibilidad no es de importancia menor si se considera la situación del país, fundamentalmente, en lo que atañe a las altas tasas de desempleo.

Otro de los beneficios que a nuestro juicio debe destacarse es la oportunidad de lograr una formación sólida en el área de desempeño del becario como consecuencia de la participación en diversas instancias de capacitación y perfeccionamiento, tales como carreras de posgrado, cursos, congresos, seminarios, etc. De hecho, esta idea de formación sólida, de capacitación y perfeccionamiento constante está implícita en el concepto mismo de beca, entendido como una ayuda para la formación y capacitación del sujeto.

El beneficio recientemente señalado -la posibilidad de formación permanente- se potencia aún más si añadimos que el becario dispone de su tiempo de trabajo para la realización de estas actividades de capacitación, mientras que otras personas participan igualmente de tales instancias de formación, pero lo hacen en calidad de actividades extra-laborales. Además, es altamente valorable la posibilidad de formación constante si pensamos que, como plantea Sancho Gil (1995), vivimos actualmente en la ‘era del aprendizaje’, una época en la que quien no desarrolla su capacidad de aprender vive o sobrevive en peores condiciones.

También se destaca como un beneficio la posibilidad de trabajar en actividades de interés personal, hecho que redunda en una motivación más alta y mayores niveles de satisfacción personal.

Por último, se considera también como un beneficio la remuneración económica recibida por el trabajo, sobre todo teniendo en cuenta que se trata de las etapas iniciales de desempeño profesional.

En cuanto a las dificultades inherentes a las actividades desarrolladas como becarios, sobresale lo problemático de compatibilizar el cumplimiento de las exigencias de la beca con otras responsabilidades y actividades que también hacen a la autorrealización de la persona.

No obstante, se puede decir que más allá de la dificultad señalada, la tarea desempeñada en calidad de becario resulta, en buena medida, satisfactoria y gratificante, ya que confluyen en ella el constituir una fuente de trabajo y el representar un espacio propicio para la formación, actualización y realización profesional.

Conclusión

A través de este artículo se intentó presentar a la investigación como un campo de acción posible en relación con el desempeño profesional psicopedagógico. De hecho, sostenemos que sería oportuno que desde la misma carrera de grado se fortaleciera la visión del «oficio» de investigar como una posibilidad de desempeño laboral tan válida como las tareas propias de la disciplina o la misma docencia. A tal fin, son diversas las medidas que podrían tomarse, tales como invitar al aula a profesionales dedicados a la investigación psicopedagógica que informen a los estudiantes sobre su quehacer, ofrecer la alternativa de realizar la práctica profesional en este tipo de tareas, proporcionar información sobre las convocatorias a concurso que abren distintas entidades que financian las tareas de investigación, ofrecer direcciones de sitios web donde pueda accederse a información vinculada con la investigación educativa; en fin, todo aquello que sea útil para dar a conocer el quehacer del investigador.
Referencias bibliográficas

– (1) Documento de INTERNET, en http://www.conicet.gov.ar/home.htm (consultado el 28/3/2001).
– RINAUDO, MC. 1996 Invesigación Educativa en la Universidad. Material de enseñanza elaborado para la Especialización en Docencia Universitaria. Serie Manuales nº 13. Mendoza.
– SANCHO GIL, J. 1995 Aproximación a nuevos enfoques, estudios y perspectivas de evaluación. En Chacón F. y J. Sancho, Enfoques sobre Evaluación de los Aprendizajes en Educación a Distancia. Guadalajara. México.

Lic. Analía Chiecher – Psicopedagoga
Becaria de iniciación de CONICET en el Dpto. de Ciencias de la Educación de la Facultad de Ciencias Humanas. Universidad Nacional de Río Cuarto

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