Profesional Invitado:
Lic. Alejandra Libenson

Psicopedagoga y Psicóloga
Especialista en Crianza y Vínculos Familiares
Autora del libro Criando Hijos, Creando Personas Ed. Aguilar
www.alejandralibenson.com.ar


Preguntas:

1- ¿Cuáles son los temas de crianza que más frecuentemente aparecen en las consultas de los padres y madres?
2- ¿Cuál es la especificidad de la intervención psicopedagógica en primera infancia? ¿En qué consiste esta intervención?
3- ¿En qué momentos se hace necesario un trabajo interdisciplinario? ¿Es este factible?


Respuestas:

Los temas de crianza que más frecuentemente surgen en las consultas son los vinculados a dificultades de los padres para poner limites a los niños pequeños, dificultades a la hora de dormir, alimentarse y dejar los pañales y los celos.

El eje que atraviesa las inquietudes de los padres y madres es la duda permanente y el temor a “hacerles un daño” si no responden a la demanda sostenida de sus hijos. Existe una suposición en los padres, de la presencia de un sufrimiento extremo por parte de los niños cuando reciben el NO, el límite, y es de difícil tolerancia.

El berrinche es la expresión inmadura del intento de autoafirmación del yo ante una frustración El No es Yo, que intenta desafiar al otro. Su expresión es fuerte y persistente. Por lo tanto acceden a satisfacer la demanda que muchas veces es mayor que la necesidad, suponiendo que esto los calmará. Pero al rato descubren que la exigencia vuelve a aparecer y se torna una situación frustrante para todos. Justamente de esto se trata. De aceptar por parte de ambos, en el vínculo, que nunca podrán y se podrán “completar” y esto, si se re-conoce y se trabaja les permitirá bajar la tensión y crecer como personas.

La especificidad de la intervención psicopedagógica en primera infancia es poder conocer a cada pareja de padres que consulta, sus historias de aprendizaje personales vinculadas especialmente a la temática por la que vienen, y construir juntos una posibilidad de comprender todos los mecanismos que entran en juego a la hora de criar.

Los mitos acerca de la buena crianza, la repetición de esteriotipos, por no tener un espacio para repensarlos, cuestionarlos y ponerlos a trabajar impiden la posibilidad de habilitarse y estrenarse con mayor tranquilidad en este nuevo rol de padres. Esto implica trabajar acerca de los significantes que circulan dentro de cada familia, lo que se espera de ese bebé, de ese pequeño y lo que cada uno supone que se espera de ellos como padres frente -por ejemplo- a la mirada de sus propios padres. La crianza atraviesa varias generaciones.

Es fundamental el trabajo interdisciplinario e intrafamiliar especialmente con todos los actores de estas escenas tan temidas (docentes, abuelos, hermanos), como así fundamentalmente la tarea compartida con el pediatra de confianza de la familia.

Más allá del tema que los convoque, la idea es poder trabajar sobre tres conceptos fundamentales que sustentan la “buena crianza”

-Transformar la culpa en responsabilidad.
-Dejar de lado las certezas y poder dudar y preguntar
-No llenarse de recetas sino priorizar el sentido común y los saberes que cada uno posee.
-Aceptar el error como posibilitador de crecimiento con la consecuente reparación del mismo siempre acompañado de palabras.

Cada cambio en los hábitos y rutinas cotidianas, constitutivos, organizadores y ejes de la vida psíquica del bebé en los primeros tiempos, siempre se trabajarán para que puedan ser nombrados, anunciados y anticipados. La palabra calma, alivia, ayuda y es nuestro instrumento primordial para poner a jugar nuestras ideas, así como los juguetes y “el jugar”, son el medio óptimo en los niños para desarrollar su inteligencia y afectividad.

La consulta y los encuentros de crianza son oportunidades para desplegar un saber que se cree no poseer, encontrarse con uno mismo y con la función que ocupa desde donde podrá vincularse con mayor tranquilidad y confianza con su hijo/a.