Un cuerpo.
Piel, pelos, uñas. Huesos, músculos, cartílagos.
Membranas, flujos, órganos, nervios, arterias, venas. Saliva, semen, heces, orina.
Sangre.
Un arma.
Aluminio, acero, plástico, madera. Cañón, gatillo, tambor. Balas.
Pólvora.
Dos planos. Siempre hay dos planos. El que da y el que recibe. El que habla y el que escucha.
Dos.
Quien uno es y quien elije ser.
De un lado, alguien empuña el arma. Del otro, alguien muere.
Dos: todo se determina por quién esté de qué lado.
Así, comienza Dos, la primera novela de Giselle Aronson. Es una novela potente, cargada de silencios que esconden secretos, humillaciones y rencores, silencios que se suman a falsedades públicas y a apariencias mantenidas por décadas que un día, de repente, llevan a alguien por el escabroso sendero de la locura.
Dos, narra dos historias paralelas: Carmen, la esposa del intendente de Rio Calmo, y Silvia, la empleada de mantenimiento de una escuela. Estas mujeres separadas por la clase social, se van acercando hasta ser una sola historia.